Cómo Hacer Merenguitos Cubanos: Receta Auténtica
Descubre cómo hacer merenguitos cubanos con esta guía auténtica. ¡Paso a paso y fácil para un sabor tradicional!
En este artículo
- El Dulce Secreto de la Abuela: Merenguitos Cubanos
- Historia y Tradición de los Merenguitos
- Ingredientes Esenciales para Merenguitos Cubanos Perfectos
- Paso a Paso: Dominando la Técnica de Cómo Hacer Merenguitos Cubanos
- Consejos de Experto para Merenguitos Perfectos
- Presentación y Conservación
- Preguntas Frecuentes sobre Merenguitos Cubanos
- Conclusión: El Sabor de la Tradición en Cada Bocado
El Dulce Secreto de la Abuela: Merenguitos Cubanos
Los merenguitos cubanos son pequeñas joyas dulces que evocan la nostalgia de los hogares cubanos. Si te preguntas cómo hacer merenguitos cubanos, has llegado al lugar indicado. Esta receta te guiará paso a paso para lograr el sabor auténtico y la textura crujiente que tanto amamos.
Desde las cocinas de nuestras abuelas hasta las mesas familiares, los merenguitos han sido un postre constante. Son la personificación de la dulzura y la sencillez, perfectos para acompañar un café o como un antojo a cualquier hora del día. Su preparación, aunque sencilla, requiere atención al detalle para asegurar ese punto perfecto de cocción.
En este artículo, desglosaremos el arte de cómo hacer merenguitos cubanos, compartiendo secretos y consejos que harán de tu experiencia en la cocina un éxito rotundo. Prepárate para deleitar a tus seres queridos con esta delicia tradicional.

Historia y Tradición de los Merenguitos
Los merenguitos, en su esencia, son un postre de origen europeo que encontró en Cuba un terreno fértil para florecer y adaptarse. La técnica del merengue, que consiste en batir claras de huevo con azúcar hasta obtener una consistencia aireada y estable, es milenaria. Sin embargo, la versión cubana tiene ese toque especial, ese cariño familiar que se imprime en cada bocado.
Tradicionalmente, se preparaban en ocasiones especiales, como cumpleaños o fiestas de fin de año. Eran el detalle dulce que cerraba con broche de oro cualquier celebración. La simplicidad de sus ingredientes —claras de huevo y azúcar— los hacía accesibles para todos, pero la maestría en su preparación era lo que los distinguía.
Recordar los merenguitos cubanos es evocar la infancia, el olor a azúcar horneada y la alegría de compartir un momento dulce. Es un pedazo de nuestra identidad culinaria que perdura generación tras generación.
Ingredientes Esenciales para Merenguitos Cubanos Perfectos
La belleza de los merenguitos reside en su simplicidad. Pocos ingredientes, pero de alta calidad, son la clave para un resultado excepcional. Asegúrate de tener a mano:
Claras de huevo: Frescas y a temperatura ambiente. Es crucial que no contengan rastro de yema.
Azúcar blanca granulada fina: La granulometría fina se disuelve mejor, evitando que el merengue quede arenoso.
Una pizca de sal o unas gotas de limón: Ayudan a estabilizar las claras y facilitan el batido.
La proporción clásica suele ser de 2 partes de azúcar por 1 parte de claras en peso, pero una relación de 1.5 a 1 también funciona muy bien para obtener una textura crujiente.

Paso a Paso: Dominando la Técnica de Cómo Hacer Merenguitos Cubanos
Dominar la técnica de cómo hacer merenguitos cubanos es más sencillo de lo que parece si sigues estos pasos con atención. La paciencia y la precisión son tus mejores aliadas en este proceso.
Preparación de las Claras
Comienza separando las claras de las yemas con mucho cuidado. Asegúrate de que no caiga ni una gota de yema en las claras, ya que la grasa de la yema impide que monten correctamente. Coloca las claras en un bol de vidrio o acero inoxidable completamente limpio y seco. Añade la pizca de sal o las gotas de limón.
El Batido Perfecto
Comienza a batir las claras a velocidad media-baja hasta que empiecen a espumar. Poco a poco, incrementa la velocidad y ve añadiendo el azúcar en forma de lluvia, una cucharada a la vez. Es fundamental no apresurarse en este paso; permite que cada adición de azúcar se disuelva antes de añadir la siguiente.
Continúa batiendo hasta obtener un merengue firme y brillante, lo que se conoce como punto de pico firme. Al levantar las varillas, el merengue debe formar picos que se mantengan erguidos sin caerse. Si lo frotas entre tus dedos, no deberías sentir gránulos de azúcar; debe sentirse liso.
Formando los Merenguitos
Precalienta el horno a una temperatura baja, alrededor de 100-120°C (200-250°F). Cubre una bandeja para hornear con papel de pergamino o silpat. Con una manga pastelera equipada con una boquilla rizada o estrellada, forma los merenguitos sobre la bandeja. Si no tienes manga pastelera, puedes usar dos cucharas para darles forma.
Deja un pequeño espacio entre cada merenguito, ya que pueden expandirse ligeramente. El tamaño ideal es de unos 3-4 cm de diámetro.

El Horneado Lento y Constante
Introduce la bandeja en el horno precalentado. El secreto para unos merenguitos crujientes por fuera y tiernos por dentro es un horneado lento y a baja temperatura. Hornea durante aproximadamente 1 a 1.5 horas, o hasta que los merenguitos estén secos al tacto y se despeguen fácilmente del papel. El tiempo exacto puede variar según tu horno.
Una vez horneados, apaga el horno, entreabre la puerta ligeramente (puedes usar una cuchara de madera para mantenerla abierta) y deja que los merenguitos se enfríen completamente dentro del horno. Este enfriamiento gradual evita que se agrieten o se humedezcan.
Consejos de Experto para Merenguitos Perfectos
Para asegurar el éxito de tu receta de merenguitos, considera estos consejos profesionales:
Temperatura ambiente: Las claras de huevo a temperatura ambiente montan mejor y son más estables.
Bol limpio: Asegúrate de que el bol y las varillas de la batidora estén impecables, sin rastro de grasa.
Azúcar gradual: Añadir el azúcar lentamente es crucial para una textura sedosa.
Horno bajo: La baja temperatura es clave para secar el merengue sin dorarlo en exceso.
Evitar humedad: Prepara los merenguitos en un día seco si es posible. La humedad ambiental puede afectar la textura final.
Si buscas otras preparaciones dulces que encantan en Cuba, te podría interesar conocer cómo hacer flan de chocolate, otro clásico que nunca falla.
Presentación y Conservación
Una vez fríos, los merenguitos cubanos están listos para ser disfrutados. Puedes servirlos solos, acompañados de un café recién hecho o utilizarlos como decoración para otros postres. Su dulzura y textura los hacen increíblemente versátiles.
Para conservarlos, guárdalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente. Si se exponen a la humedad, pueden perder su crocancia. Bien conservados, pueden durar hasta dos semanas, aunque raramente duran tanto tiempo.
Si te apetece explorar otra opción dulce y refrescante, te animo a descubrir cómo hacer flan de piña. Es una alternativa deliciosa y tropical.

Preguntas Frecuentes sobre Merenguitos Cubanos
¿Por qué mis merenguitos se agrietan?
Las grietas suelen ser causadas por una temperatura de horno demasiado alta o un enfriamiento demasiado rápido. Asegúrate de usar una temperatura baja y dejar que se enfríen lentamente dentro del horno apagado.
¿Mis merenguitos están pegajosos?
Esto indica que no se han secado lo suficiente. Puede ser por un horneado insuficiente o porque el ambiente tiene mucha humedad. Intenta hornearlos un poco más o en un día más seco.
¿Puedo usar azúcar glas en lugar de azúcar granulada?
Sí, puedes usar azúcar glas, pero asegúrate de que sea muy fina. El azúcar glas a veces contiene almidón, lo que puede alterar ligeramente la textura, pero generalmente funciona bien. La recomendación es usar azúcar granulada fina para la textura más auténtica.
Para una opción más saludable y diferente, podrías considerar aprender cómo hacer puré de boniato, que ofrece una dulzura natural y nutrientes.
Conclusión: El Sabor de la Tradición en Cada Bocado
Preparar merenguitos cubanos es más que seguir una receta; es conectar con nuestras raíces y compartir un legado de dulzura. Con esta guía detallada, tienes todas las herramientas para recrear este clásico en tu hogar.
Anímate a probar esta receta, experimenta con la técnica y, sobre todo, disfruta del proceso. El resultado será un postre que deleitará tu paladar y te transportará directamente a Cuba. ¡Buen provecho!







