Cómo Hacer Croquetas de Queso: Receta Rápida
Descubre cómo hacer croquetas de queso con esta guía auténtica. ¡Paso a paso y fácil para un sabor cubano inconfundible!
En este artículo
- El Encanto de las Croquetas de Queso en la Cocina Cubana
- Ingredientes Esenciales para unas Croquetas de Queso Perfectas
- El Proceso de Preparación: Cómo Hacer Croquetas de Queso Paso a Paso
- Consejos para unas Croquetas de Queso Insuperables
- Servicio Tradicional y Presentación
- Preguntas Frecuentes (FAQ)
- Conclusión: Un Bocado de Felicidad Casera
El Encanto de las Croquetas de Queso en la Cocina Cubana
Las croquetas de queso son un tesoro culinario que evoca la nostalgia de los hogares cubanos. Su textura crujiente por fuera y su interior tierno y cremoso las convierten en un bocado irresistible para cualquier ocasión. Ya sea como aperitivo, tapa o acompañamiento, su popularidad trasciende generaciones.
Si te preguntas cómo hacer croquetas de queso, has llegado al lugar indicado. En esta guía detallada, desvelaremos los secretos para lograr unas croquetas auténticas, doradas y llenas de sabor, dignas de la mesa familiar cubana. Prepárate para conquistar paladares.
Dominar el arte de las croquetas no es solo una cuestión de seguir una receta; es entender la magia de la fritura y el equilibrio de los ingredientes. Cada paso, desde la selección del queso hasta el punto exacto de fritura, contribuye al resultado final.
Esta preparación es un reflejo de la calidez y la generosidad de la cocina cubana, donde los sabores se comparten y se disfrutan en compañía. Te invitamos a embarcarte en este delicioso viaje culinario.
Ingredientes Esenciales para unas Croquetas de Queso Perfectas
La calidad de los ingredientes es fundamental para unas croquetas excepcionales. Para esta receta tradicional, necesitarás:
Queso rallado: 250 gramos de queso blanco curado o semicurado cubano (tipo manchego suave o gruyere funcionan bien si el cubano no está disponible). Rállalo finamente para que se funda bien.
Leche entera: 2 tazas (aproximadamente 500 ml). La leche aporta la cremosidad necesaria a la bechamel.
Mantequilla sin sal: 3 cucharadas (aproximadamente 45 gramos). Ayuda a dar cuerpo y sabor a la base.
Harina de trigo todo uso: 3 cucharadas (aproximadamente 30 gramos). Debe ser la misma cantidad que la mantequilla para una bechamel equilibrada.
Sal: 1 cucharadita, o al gusto.
Pimienta negra molida blanca: ½ cucharadita. La pimienta blanca es más sutil y tradicional en esta preparación.
Nuez moscada rallada: una pizca. Aporta un aroma y sabor característicos que realzan el queso.
Huevos: 2 unidades, para la mezcla y para rebozar.
Pan rallado: 1 taza (aproximadamente 100 gramos). Preferiblemente pan rallado fino y seco para una cobertura crujiente.
Aceite vegetal o de girasol: suficiente para freír (aproximadamente 1 litro).

El Proceso de Preparación: Cómo Hacer Croquetas de Queso Paso a Paso
El secreto para unas croquetas de queso perfectas reside en la paciencia y el cuidado en cada etapa. Aquí te guiamos en el proceso:
Paso 1: La Creación de la Bechamel Cremosa
En una olla mediana a fuego medio-bajo, derrite la mantequilla. Añade la harina y remueve constantemente con una cuchara de madera o batidor de mano durante 1-2 minutos hasta formar una pasta (roux). No dejes que se dore.
Vierte la leche poco a poco sobre el roux, batiendo enérgicamente para evitar grumos. Continúa cocinando y removiendo hasta que la mezcla espese y tenga una consistencia cremosa, similar a un puré espeso. Esto puede tomar unos 8-10 minutos.
Retira del fuego y añade la sal, la pimienta blanca y la pizca de nuez moscada. Incorpora el queso rallado y mezcla hasta que se funda por completo y se integre en la bechamel. Prueba y ajusta la sal si es necesario.
Paso 2: El Enfriamiento y Formado de las Croquetas
Vierte la mezcla de queso en un recipiente plano y cúbrelo con papel film pegado directamente a la superficie para evitar que se forme una costra. Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera por al menos 2-3 horas, o idealmente toda la noche, hasta que esté firme y manejable.

Una vez fría y firme, toma porciones de la masa con una cuchara. Con las manos ligeramente humedecidas o engrasadas, forma pequeñas porciones alargadas o bolitas, según tu preferencia. Asegúrate de que tengan un tamaño uniforme para una cocción pareja.
Paso 3: El Rebozado Perfecto
Prepara tres recipientes: uno con un huevo batido con una cucharada de agua, otro con la harina y el último con el pan rallado.
Pasa cada croqueta primero por la harina, sacudiendo el exceso. Luego, sumérgela en el huevo batido, asegurándote de que quede completamente cubierta. Finalmente, pásala por el pan rallado, presionando suavemente para que se adhiera bien y forme una capa uniforme.
Paso 4: La Fritura Dorada
Calienta suficiente aceite vegetal en una sartén profunda o freidora a fuego medio-alto (aproximadamente 175°C o 350°F). Es crucial que el aceite esté a la temperatura correcta; si está muy caliente, se quemarán por fuera y quedarán crudas por dentro; si está muy frío, absorberán demasiado aceite.

Fríe las croquetas en tandas pequeñas para no sobrecargar la sartén y mantener la temperatura del aceite. Cocina durante 2-4 minutos, o hasta que estén bien doradas y crujientes por todos lados. Retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Consejos para unas Croquetas de Queso Insuperables
Para elevar tus croquetas de queso al siguiente nivel, considera estos consejos profesionales:
La Calidad del Queso: Utiliza un queso de buena calidad con sabor pronunciado. El queso curado aportará más carácter a la preparación.
El Punto de la Bechamel: No te apresures en la cocción de la bechamel. Una cocción lenta y constante asegura una textura sedosa y sin grumos.
El Enfriamiento es Clave: El reposo en frío es indispensable. Una masa bien fría es más fácil de manejar y evita que las croquetas se abran al freír.
Temperatura del Aceite: Un termómetro de cocina es tu mejor aliado para asegurar la temperatura ideal del aceite.
Variaciones en el Sabor: Puedes añadir a la bechamel un poco de jamón serrano picado finamente, bacalao desmenuzado o incluso un toque de guindilla para una versión más picante.
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Servicio Tradicional y Presentación
Las croquetas de queso se sirven tradicionalmente calientes, recién salidas de la sartén. Son perfectas para acompañar una bebida refrescante como un mojito o una cerveza bien fría.
Puedes presentarlas en una fuente o plato, solas o acompañadas de una ensalada verde fresca para contrastar la riqueza del plato. También son un excelente complemento para otros platos principales, como un buen arroz con pollo o un ropa vieja.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Puedo usar queso fresco en lugar de curado?
Si bien el queso fresco aportará suavidad, no tendrá el mismo sabor intenso y la textura firme necesaria para la bechamel. Se recomienda usar un queso que funda bien y tenga un sabor más desarrollado.
¿Cómo puedo evitar que las croquetas se abran al freír?
Asegúrate de que la masa esté bien fría y firme antes de formar las croquetas. El rebozado debe ser completo y uniforme, sin huecos. Freír en aceite a la temperatura correcta también es crucial.
¿Puedo preparar las croquetas con antelación?
Sí, puedes formar y rebozar las croquetas y guardarlas crudas en el congelador. Colócalas en una bandeja separadas para que no se peguen, y una vez congeladas, transfiérelas a una bolsa. Fríelas directamente congeladas, aumentando ligeramente el tiempo de cocción.
Conclusión: Un Bocado de Felicidad Casera
Dominar cómo hacer croquetas de queso es una habilidad valiosa que te permitirá deleitar a tus invitados y familiares con un sabor auténtico y reconfortante. Esta receta, rica en historia y tradición, es una puerta de entrada al corazón de la cocina cubana.
Esperamos que disfrutes preparando y, sobre todo, degustando estas deliciosas croquetas. ¡Buen provecho!







