Glotón Cubano

Cómo Hacer Potaje de Judías Blancas: Receta Fácil

Descubre cómo hacer potaje de judías blancas, una receta cubana auténtica. Paso a paso, ingredientes y secretos para un sabor casero inigualable.

4.6(103 reseñas)
Preparación
30 minutos
Cocción
3 horas
Total
3 horas 30 minutos
Porciones
6 porciones

El Auténtico Sabor de Cuba: Potaje de Judías Blancas

En el corazón de la gastronomía cubana, existen platos que evocan recuerdos de familia y tradiciones. El potaje de judías blancas es uno de esos tesoros culinarios. Si te preguntas cómo hacer potaje de judías blancas, has llegado al lugar indicado. Esta preparación es un abrazo cálido en forma de comida, un reflejo de la paciencia y el amor que se ponen en cada hogar cubano.

La cocina cubana es un crisol de influencias, y este plato, aunque sencillo en apariencia, encierra la esencia de la isla: ingredientes humildes transformados en algo extraordinario. Es el tipo de comida que se disfruta lentamente, compartida en familia, con el aroma impregnando cada rincón de la casa.

Nuestra misión es guiarte a través de cada paso para que puedas recrear este delicioso potaje en tu propia cocina. Te enseñaremos los secretos para lograr la textura perfecta y el sabor profundo que caracteriza a esta receta tradicional. Prepárate para un viaje culinario que te transportará directamente a la mesa de una abuela cubana.

Historia y Tradición del Potaje de Judías Blancas

Las judías blancas, también conocidas como habichuelas o frijoles blancos, son un pilar en muchas cocinas del mundo, pero en Cuba, adquieren un carácter especial. Este potaje es un plato reconfortante, ideal para los días frescos o simplemente para cuando se antoja algo sustancioso y lleno de sabor. Su origen se remonta a las raíces humildes de la cocina cubana, donde se aprovechaban al máximo los ingredientes disponibles, creando guisos llenos de nutrición y sabor.

Tradicionalmente, el potaje de judías blancas se servía como plato principal en comidas familiares, especialmente durante celebraciones o los domingos. Es un plato que se cocina a fuego lento, permitiendo que los sabores se desarrollen y que las judías alcancen una textura tierna y cremosa. La simplicidad de sus ingredientes contrasta con la profundidad de su sabor, un testimonio de la maestría culinaria cubana.

Ingredientes Esenciales para un Potaje Perfecto

La clave de un buen potaje de judías blancas reside en la calidad de sus ingredientes y en la paciencia durante la cocción. Aquí te presentamos una lista de lo que necesitarás para esta receta:

  • Judías blancas secas: 1 libra (aproximadamente 450 gramos), preferiblemente de buena calidad. Es importante remojarlas la noche anterior.

  • Carne de cerdo (opcional): 1/2 libra de costilla de cerdo o tocino ahumado, cortado en trozos pequeños. Aporta un sabor ahumado y delicioso.

  • Cebolla: 1 grande, finamente picada.

  • Pimiento verde: 1/2, sin semillas y finamente picado.

  • Ajo: 4-5 dientes, machacados o picados finamente.

  • Tomate: 1 tomate maduro, rallado o triturado, o 2 cucharadas de pasta de tomate diluida.

  • Comino: 1 cucharadita.

  • Orégano seco: 1/2 cucharadita.

  • Hojas de laurel: 1-2.

  • Aceite vegetal o manteca de cerdo: 2 cucharadas.

  • Caldo de pollo o agua: Suficiente para cubrir las judías, aproximadamente 6-8 tazas.

  • Sal y pimienta negra recién molida: Al gusto.

  • Cilantro fresco o perejil: Para decorar al servir (opcional).

Ingredientes crudos para potaje de judías blancas cubano en tabla rústica.

El Arte de Preparar el Potaje: Paso a Paso

Dominar cómo hacer potaje de judías blancas es una habilidad culinaria que se perfecciona con la práctica. Sigue estos pasos para asegurar un resultado delicioso y auténtico.

Paso 1: Remojo y Cocción Inicial de las Judías

La noche anterior, coloca las judías blancas secas en un bol grande y cúbrelas con abundante agua fría. Déjalas en remojo durante al menos 8 horas o toda la noche. Al día siguiente, escurre las judías y enjuágalas bien.

En una olla grande, coloca las judías remojadas y cúbrelas con agua fresca (aproximadamente 6-8 tazas). Si usas carne de cerdo o tocino, añádelo ahora a la olla. Lleva a ebullición, luego reduce el fuego a bajo, tapa la olla y cocina a fuego lento durante aproximadamente 1.5 a 2 horas, o hasta que las judías estén tiernas pero no deshechas. Escurre las judías y reserva el líquido de cocción.

Paso 2: Preparación del Sofrito Cubano

Mientras las judías se cocinan, prepara el sofrito. En una sartén aparte, calienta el aceite vegetal o la manteca de cerdo a fuego medio. Agrega la cebolla picada y sofríe hasta que esté transparente y suave, unos 5-7 minutos.

Añade el pimiento verde picado y cocina por otros 3-4 minutos hasta que esté tierno. Incorpora el ajo machacado y cocina por 1 minuto más, hasta que esté fragante, cuidando de que no se queme.

Agrega el tomate rallado o la pasta de tomate, el comino, el orégano y las hojas de laurel. Cocina, removiendo constantemente, durante unos 5 minutos para que los sabores se mezclen y el tomate se cocine ligeramente.

Sofrito cubano dorado burbujeando en sartén para potaje de judías blancas.

Paso 3: Integración y Cocción Lenta

Agrega el sofrito a la olla con las judías blancas cocidas y el líquido de cocción reservado. Si el líquido no cubre las judías por completo, añade más agua o caldo de pollo hasta que estén bien sumergidas.

Lleva la mezcla a ebullición suave, luego reduce el fuego a mínimo, tapa la olla y cocina a fuego lento durante al menos 1 hora más. Este tiempo de cocción lenta es crucial para que las judías absorban los sabores del sofrito y el líquido se espese, creando un potaje cremoso.

Prueba el potaje y ajusta la sal y la pimienta negra al gusto. Si deseas una consistencia más espesa, puedes machacar algunas judías contra el lado de la olla o licuar una pequeña porción del potaje y devolverla a la olla.

Paso 4: El Toque Final y Reposo

Una vez que el potaje haya alcanzado la consistencia y el sabor deseados, retira las hojas de laurel. Deja reposar el potaje tapado durante unos 10-15 minutos antes de servir. Este reposo permite que los sabores se asienten y se intensifiquen.

Potaje de judías blancas cubano cremoso con cerdo, servido en cuenco rústico con cilantro.

Consejos de un Experto para un Potaje Inolvidable

Para elevar tu potaje de judías blancas de bueno a excepcional, considera estos consejos de experto. La experiencia en la cocina cubana nos ha enseñado que los pequeños detalles marcan una gran diferencia.

Selección y Preparación de las Judías

Utiliza judías blancas de buena calidad. Si bien las judías secas son la base, asegúrate de que sean frescas para garantizar una cocción uniforme. El remojo prolongado es indispensable; salta este paso y tus judías tardarán mucho más en ablandarse, o peor aún, quedarán duras.

El Poder del Sofrito

El sofrito es el alma de muchos platos cubanos, y este potaje no es la excepción. Tómate tu tiempo para cocinar lentamente la cebolla, el pimiento y el ajo hasta que estén bien tiernos y fragantes. No apresures este proceso; es lo que libera los aceites esenciales y crea la base aromática.

La Cocción Lenta y el Reposo

La paciencia es una virtud en la cocina. Cocinar a fuego lento permite que los sabores se desarrollen y que las judías alcancen esa textura sedosa que tanto buscamos. El reposo final es tan importante como la cocción; permite que el plato se asiente y que todos los componentes se integren armoniosamente.

Variaciones y Acompañamientos

Si buscas añadir un toque extra, puedes incorporar trozos de chorizo o jamón al sofrito. Para una versión más ligera, omite la carne de cerdo. Este potaje es un acompañamiento perfecto para platos como la deliciosa ropa vieja o simplemente para disfrutar con arroz blanco esponjoso y un buen clásico arroz moros y cristianos. También va de maravilla con tostones crujientes.

Cómo Servir y Disfrutar su Potaje

El potaje de judías blancas se sirve tradicionalmente caliente. Sírvelo en platos hondos, asegurándote de que cada porción tenga una buena cantidad de judías y caldo cremoso. Si utilizaste carne de cerdo, asegúrate de que cada comensal reciba un trozo tierno.

Puedes decorarlo con un poco de cilantro fresco picado o perejil para añadir color y un toque de frescura. Acompáñalo con un buen pan cubano para mojar en el caldo o sírvelo junto a arroz blanco suelto. La combinación de sabores y texturas es lo que hace a este plato tan especial y reconfortante.

Este plato es un ejemplo perfecto de cómo la cocina casera cubana puede ser tan nutritiva como deliciosa. Es una comida completa que satisface y reconforta el alma. Si te ha gustado esta receta, te invitamos a explorar otras delicias cubanas como nuestro tradicional majarete con queso.

Información Nutricional

Calorías
420 calorías
Proteínas
35 g
Grasas
18 g
Carbohidratos
32 g